Mi primer viaje a EE.UU. (San Francisco)
Por cosas del trabajo tuve que ir a Mountain View, California, a principios de semana. Como nunca había estado en Estados Unidos, llegué dos días antes para visitar un poco (tenía un fiesta de despedida de un amigo el viernes, y fui a un concierto el viernes siguiente, así que no podía ir con más tiempo de antelación). Como lo más interesante del área era sin duda San Francisco, eso fue precisamente lo que visité esos dos días. Como siempre, selección completa de fotos en Flickr.
Curiosamente, la primera vez que salí de Europa hice un amigo, y como la segunda vez que salí de Europa (esta vez) fui a parar precisamente a donde trabaja ahora, quedé con él para desayunar e ir a visitar San Francisco. Una vez contento el corazón, subimos un momento a la oficina de Mozilla a robar un poco de agua :-D (tienen un montón de tentempiés y bebidas gratis para los empleados) Al llegar a la estación de tren vimos que todavía faltaban 40 minutos para el siguiente, así que fuimos al "mercado de productores" que estaba justo al lado. Había un montón de comida con una pinta deliciosa, pero la palma se la llevó, sin duda, un afgano que repartía muestras de un pan con espinaca buenísimo untado con unas combinaciones de salsas espectaculares. Sólo con las muestras que insistía en darme ya tuve un segundo desayuno, y claro, no me pude resistir a comprar cuatro o cinco cositas. La verdad es que no tengo claro si esa comida era afgana o no, pero me la trae al pairo porque estaba de puta madre :-D
Una vez en San Francisco, la primera parada fue Mission, una zona llena de latinos (aunque también había muchos asiáticos) con un montón de grafiti y murales espectaculares.
Ejemplo de graffiti en Mission
Ejemplo de mural gigantesco en Mission
Cada par de manzanas podías ver algunas diferencias en el barrio (el tipo de gente, el tipo de locales y tiendas, la pinta de las casas, etc.), y varias zonas me dieron esa sensación de barrios como micro-cosmos, como que mucha gente que vive allí no sale mucho de su barrio y mayormente va a tiendas y garitos locales. Es esa sensación que dan algunas películas en las que la familia inmigrante va con los niños a la pizzería local toda la vida (igual soy yo :-P). Eso, como muchas otras cosas, vi que no sólo lo parece en las películas, también lo parece en la realidad.
Para almorzar fuimos a un restaurante japonés vegano (Cha-Ya). En general, puedo decir que era bastante fácil encontrar comida vegetariana/vegana en San Francisco, especialmente con la ayuda de Happy Cow. La comida no estuvo nada mal, y fue bastante. Y el día anterior había comido en otro sitio oriental vegano buenísimo en Mountain View (Garden Fresh).
Después del almuerzo fuimos a Haight, una zona «de moda» llena de tiendas de diseñadores independientes y locales «chic» (no en plan pijo-caros, sino en plan «hipster»). Allí quería visitar un par de tiendas que desgraciadamente habían cerrado, pero encontré una tienda de camisetas muy simpática, donde no pude evitar comprar una (no para mí).
De camino a Haight cruzamos Castro, la zona «gay» de San Francisco, donde entre otras cosas vimos el «triángulo rosa», un monumento en honor a las personas de minorías sexuales que fueron asesinadas en el Holocausto:
El triángulo rosa en Castro, San Francisco
Exhaustos después de tanto caminar (prácticamente 12 horas tirados en la calle), fuimos a una cafetería a comer algo, y nos fuimos por fin de vuelta a casa. Otro día escribo sobre el segundo día :-D
Curiosamente, la primera vez que salí de Europa hice un amigo, y como la segunda vez que salí de Europa (esta vez) fui a parar precisamente a donde trabaja ahora, quedé con él para desayunar e ir a visitar San Francisco. Una vez contento el corazón, subimos un momento a la oficina de Mozilla a robar un poco de agua :-D (tienen un montón de tentempiés y bebidas gratis para los empleados) Al llegar a la estación de tren vimos que todavía faltaban 40 minutos para el siguiente, así que fuimos al "mercado de productores" que estaba justo al lado. Había un montón de comida con una pinta deliciosa, pero la palma se la llevó, sin duda, un afgano que repartía muestras de un pan con espinaca buenísimo untado con unas combinaciones de salsas espectaculares. Sólo con las muestras que insistía en darme ya tuve un segundo desayuno, y claro, no me pude resistir a comprar cuatro o cinco cositas. La verdad es que no tengo claro si esa comida era afgana o no, pero me la trae al pairo porque estaba de puta madre :-D
Una vez en San Francisco, la primera parada fue Mission, una zona llena de latinos (aunque también había muchos asiáticos) con un montón de grafiti y murales espectaculares.
Ejemplo de graffiti en Mission
Ejemplo de mural gigantesco en Mission
Cada par de manzanas podías ver algunas diferencias en el barrio (el tipo de gente, el tipo de locales y tiendas, la pinta de las casas, etc.), y varias zonas me dieron esa sensación de barrios como micro-cosmos, como que mucha gente que vive allí no sale mucho de su barrio y mayormente va a tiendas y garitos locales. Es esa sensación que dan algunas películas en las que la familia inmigrante va con los niños a la pizzería local toda la vida (igual soy yo :-P). Eso, como muchas otras cosas, vi que no sólo lo parece en las películas, también lo parece en la realidad.
Para almorzar fuimos a un restaurante japonés vegano (Cha-Ya). En general, puedo decir que era bastante fácil encontrar comida vegetariana/vegana en San Francisco, especialmente con la ayuda de Happy Cow. La comida no estuvo nada mal, y fue bastante. Y el día anterior había comido en otro sitio oriental vegano buenísimo en Mountain View (Garden Fresh).
Después del almuerzo fuimos a Haight, una zona «de moda» llena de tiendas de diseñadores independientes y locales «chic» (no en plan pijo-caros, sino en plan «hipster»). Allí quería visitar un par de tiendas que desgraciadamente habían cerrado, pero encontré una tienda de camisetas muy simpática, donde no pude evitar comprar una (no para mí).
De camino a Haight cruzamos Castro, la zona «gay» de San Francisco, donde entre otras cosas vimos el «triángulo rosa», un monumento en honor a las personas de minorías sexuales que fueron asesinadas en el Holocausto:
El triángulo rosa en Castro, San Francisco
Exhaustos después de tanto caminar (prácticamente 12 horas tirados en la calle), fuimos a una cafetería a comer algo, y nos fuimos por fin de vuelta a casa. Otro día escribo sobre el segundo día :-D
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Salu2