Viaje a Copenhague
Hace un par de días volví de un viaje cortito (cuatro días) a Copenhague. La razón por la cual fui a Copenhague y no de vuelta a casa es triste, así que me la ahorro :-) En resumen, estuvo muy bien, y ya por fin he visitado tanto Suecia como Dinamarca (sólo las capitales, pero bueno). La selección de fotos de Copenhague está, como siempre, en Flickr. Al igual que el viaje a Estocolmo, éste lo preparamos usando Wikitravel, una especie de Wikipedia de turismo. Lo bueno es que en una sola página tienes toda la información que necesitas (o casi), con comentarios sobre los sitios: información sobre transporte público y las estaciones principales, información sobre propinas, qué páginas web puedes usar para consultar mapas o trayectos, museos y otros sitios de interés, bares, restaurantes, parques y playas, etc. Otra guía que encontramos allí y usamos, especialmente para el mapa, fue Copenhagen this week.
La primera impresión, después de vivir en Oslo y haber visitado Estocolmo, es que en comparación Copenhague es bastante poco «escandinava». En realidad está a medio camino entre una ciudad escandinava «normal» y una ciudad europea «normal». Las razones:
Mi comentario jocoso fue que Copenhague es la ciudad escandinava de John Constantine :-) Algunas cosas escandinavas que sí tienen:
Y hablando del transporte, las bicicletas y el metro se merecen mención especial. El metro es increíble: no tienen conductor (ver foto del frontal del metro), y las estaciones subterráneas tienen una pared de cristal con puertas, que encajan perfectamente con las puertas de los vagones cuando el metro para. Por tanto, no puede haber accidentes de caer en la vía... cosa que aparentemente no es tan poco común es escandinavia, por lo que bebe la peña. En cuanto a las bicicletas, el uso es altísimo, a pesar de que haya bastantes coches. Es como Munich pero con más coches :-)
Sobre la comida, habíamos leído que había muchas pastelerías y panaderías, pero la verdad es que no llegamos a ver muchas o entrar en una. Aparte de eso, la ciudad está llena de buffets y de puestos ambulantes de perritos, y descubrí tres cosas: kiwis secos (no recordaba haberlos visto antes); una bebida, aparentemente originaria de Bosnia, hecha con saúco; y un queso para untar con nueces y ron cojonudo.
Por último, algunos de los sitios que visitamos dignos de mención:
Fuimos a otros sitios e hicimos otras cosas, pero me parece que todo lo que quería contar ya está ahí arriba, así que lo dejo por hoy :-D
La primera impresión, después de vivir en Oslo y haber visitado Estocolmo, es que en comparación Copenhague es bastante poco «escandinava». En realidad está a medio camino entre una ciudad escandinava «normal» y una ciudad europea «normal». Las razones:
- La gente que sirve al público habla peor inglés y es menos suelta o amable con los extranjeros.
- Las calles son más concurridas y están más sucias, y a los daneses se la sopla el «medio ambiente» (para ser justos, los únicos obsesionados son los noruegos, pero Estocolmo es mucho más limpia que Copenhague). Hay muchos más coches y contaminación que en Noruega o Suecia.
- No hay tanto control sobre el alcohol: no hay vinmonopolet o equivalente (tiendas especiales del estado donde se puede comprar alcohol de «alta» graduación--más de 5 grados), puedes comprar alcohol a cualquier hora del día o la noche, se puede beber en la calle (esto es un poco chocante, porque es común ver a gente yendo por la calle con una cerveza en la mano) y los precios son mucho más bajos.
Mi comentario jocoso fue que Copenhague es la ciudad escandinava de John Constantine :-) Algunas cosas escandinavas que sí tienen:
- Hablar un idioma muy similar. De hecho el noruego (específicamente la norma escrita Bokmål) y el danés escritos son prácticamente iguales, pero entender el habla es más difícil.
- Los precios son altísimos.
- La moneda se llama corona (danesa). Las monedas son casi iguales que las noruegas, y los billetes daneses parecen de monopoly.
- Por alguna razón les encantan los perritos calientes, y los tienen en algunas variantes raras (como el perrito caliente «francés», en un pan normal, y la salchicha metida en un agujero que hacen al pan). Eso sí, aquí tienen olor :-D
- Tienen 7-11 en cada esquina (aunque esto lo compartirán con otras ciudades imagino).
- La ciudad es bastante pequeña (el centro más pequeño entre Oslo, Estocolmo y Copenhague, si no me equivoco). Se puede ir a todos sitios a pie.
- El transporte público funciona bien, aunque es menos necesario que en otras ciudades (por el tamaño principalmente).
- Tienen bicicletas públicas (¡gratuitas en este caso! te devuelve la moneda cuando devuelves la bici, como un carrito de supermercado).
Y hablando del transporte, las bicicletas y el metro se merecen mención especial. El metro es increíble: no tienen conductor (ver foto del frontal del metro), y las estaciones subterráneas tienen una pared de cristal con puertas, que encajan perfectamente con las puertas de los vagones cuando el metro para. Por tanto, no puede haber accidentes de caer en la vía... cosa que aparentemente no es tan poco común es escandinavia, por lo que bebe la peña. En cuanto a las bicicletas, el uso es altísimo, a pesar de que haya bastantes coches. Es como Munich pero con más coches :-)
Sobre la comida, habíamos leído que había muchas pastelerías y panaderías, pero la verdad es que no llegamos a ver muchas o entrar en una. Aparte de eso, la ciudad está llena de buffets y de puestos ambulantes de perritos, y descubrí tres cosas: kiwis secos (no recordaba haberlos visto antes); una bebida, aparentemente originaria de Bosnia, hecha con saúco; y un queso para untar con nueces y ron cojonudo.
Por último, algunos de los sitios que visitamos dignos de mención:
- Una de las calles principales del centro. Una especie de Triana versión Dinamarca, vamos. No había mucho interesante, pero había mucho movimiento de gente, y una cantidad increíble de «espectáculos» callejeros, incluyendo gente cantando, un montón de mimos (terminamos hasta las narices de mimos), magia, unos b-boys bailando... y trileros. Me pareció increíble que la gente pueda caer en tonterías así, sobre todo teniendo en cuenta que había algunos carteles en los cajeros avisando del peligro de los trileros.
- Christiania. Una especie de barrio «independiente», medio anarquista, en medio del centro de Copenhague. Las descripciones y la leyenda sobre el sitio creo que son un poco exagerados para lo que es en realidad: un barrio bastante sucio y poco cuidado por lo general, sin coches, con más gente bebiendo de lo normal, muchas oportunidades de comprar droga, y muchos mercadillos que en su mayoría no venden «artesanía» o nada hecho por ellos mismos. Igual yo soy negativo o me esperaba mucho más, pero en parte parecía un poco «pose».
- Museo de la música. No lo teníamos planeado inicialmente porque no sabíamos que estaba allí, pero cuando lo descubrimos en una «minicard» nos fuimos corriendo. Es bastante grande y muy interesante.
- El museo nacional. También estuvo muy bien (y tampoco lo teníamos en el plan), aunque las mejores partes fueron las de «culturas del mundo» (fuera de Dinamarca).
- Un bareto de blues con música en vivo llamado Mojo. Estaba lleno de humo y hacía un calor para morirse, y me tomé un cubata doble (para que la cantidad de alcohol fuera casi la normal en Canarias) por un precio menor que el de un cubata «normal» (casi sin alcohol) en Oslo.
Fuimos a otros sitios e hicimos otras cosas, pero me parece que todo lo que quería contar ya está ahí arriba, así que lo dejo por hoy :-D
Comentarios
Curioso, así que hacen las estanterías con tablas indias. Serán más baratas, como una tabla no vale para tocar...
A Ancor... no entiendo.
erguiri: pues ya sabes, escribe :-P Más vale tarde que nunca :-) Sobre lo de ancor, déjalo, es su rollo con la «tabla» (en el sentido de «plancha de madera») :-D
Oye, ¿y es muy complicado conseguir la nacionalidad danesa?
PD: vaya captcha más chungo me ha tocado
Claro, que todavía tienes lo de «a cualquier hora» y «en la calle», igual te compensa ;-P
Y a seguir disfrutando.....