Viaje a Estocolmo
Este fin de semana me fui a Estocolmo. En Oslo no sólo el jueves y viernes es fiesta, también el lunes, así que aproveché un fin de semana larguísimo de cinco días para darme un salto a la capital del país vecino.
Fuimos en tren (unas seis horas de viaje), y el recorrido lo organizamos mediante Wikitravel, un Wiki sobre viajes y turismo. El plan no salió exactamente como queríamos, porque hubo una ola de frío inesperada (temperaturas bajísimas, viento glaciar, nieve...), pero nos lo pasamos muy bien y disfrutamos la ciudad de lo lindo. Ayudó que, por suerte, Estocolmo es muy diferente de Oslo para según qué cosas, como por ejemplo los horarios de apertura de los comercios: en Estocolmo prácticamente todo está abierto, incluso el domingo, así que pudimos visitar todos los sitios, comprar en el supermercado, comer fuera, visitar museos o hacer lo que nos diera la gana sin preocuparnos mucho del día que era.
Esas noches nos quedamos en Långholmen, una prisión reconvertida en hostal/hotel. Tiene un aspecto muy curioso, y al menos el hostal no está nada mal: un poco pequeño, pero cómodo para unos días, muy bien comunicado y no demasiado caro.
Las demás fotos del viaje están en Flickr, como siempre.
Como último detalle, el último día encontré de casualidad, en un supermercado, el snack más extraño que había visto: unas «papas fritas» de manzana. Vean, vean:
Otro día escribo sobre la semana santa en Noruega, que tengo ganas ;-)
Fuimos en tren (unas seis horas de viaje), y el recorrido lo organizamos mediante Wikitravel, un Wiki sobre viajes y turismo. El plan no salió exactamente como queríamos, porque hubo una ola de frío inesperada (temperaturas bajísimas, viento glaciar, nieve...), pero nos lo pasamos muy bien y disfrutamos la ciudad de lo lindo. Ayudó que, por suerte, Estocolmo es muy diferente de Oslo para según qué cosas, como por ejemplo los horarios de apertura de los comercios: en Estocolmo prácticamente todo está abierto, incluso el domingo, así que pudimos visitar todos los sitios, comprar en el supermercado, comer fuera, visitar museos o hacer lo que nos diera la gana sin preocuparnos mucho del día que era.
Esas noches nos quedamos en Långholmen, una prisión reconvertida en hostal/hotel. Tiene un aspecto muy curioso, y al menos el hostal no está nada mal: un poco pequeño, pero cómodo para unos días, muy bien comunicado y no demasiado caro.
Las demás fotos del viaje están en Flickr, como siempre.
Como último detalle, el último día encontré de casualidad, en un supermercado, el snack más extraño que había visto: unas «papas fritas» de manzana. Vean, vean:
Otro día escribo sobre la semana santa en Noruega, que tengo ganas ;-)
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