Concierto de Cabeza de Perro

Cuento «brevemente» nuestra aventura en Tenerife para ir a Cabeza de Perro:

Salimos el sábado por la mañana, para coger el Fred Olsen de las 9:30. Queríamos aprovechar el viaje, ya que nos iba a costar igual, y visitar algo de la isla de enfrente.

Por la mañana estuvimos con un colega, tomando algo por ahí, y luego fuimos a La Laguna a comer al mítico «Punto Criollo» (no se lo pierdan si van a Tenerife). Luego dimos una vuelta por Sta. Cruz, caminando, visitamos un centro comercial (Meridiano, creo), que en algunas cosas se parece un montón al Atlántico de Vecindario (no sólo en que tienen un Yelmo Cineplex), y luego a retirar las entradas para el concierto (el local está justo al lado del centro comercial).

Lo primero rana fue la seguridad: te registraban las mochilas (grrr), y luego el tío me suelta «¿tienen botellas?». Y yo, medio en broma, le digo «sí, pero de plástico» :-) Y entonces me contesta: «tienen que quitar los tapones». Yo me quedo sin saber qué decir (parecía coña), y le digo: «Bueno, tenemos una botella vacía que podemos tirar, pero otra la tenemos llena, sin abrir». Y nos suelta: «Pues tienen que quitarle el tapón y llevarla abierta» (¿?¿?¿?¿?¿?). También vimos a un pobre chico con una botella grande, de litro y medio, sin tapón. En fin. Lo más gracioso es que la mitad de las prendas de la mitad de la gente (cinturones, quizás hubiera alguna cadena, etc.) podrían hacer más daño, por supuesto, que un puto tapón de plástico de mierda. Argh. Debido a otros problemas durante el concierto con la organización, como lo abusivos que eran los precios de los chiringuitos dentro (3 euros por una botella de agua.... de 33 cl), a pesar de la de publicidad que tenían de un montón de entidades distintas, y lo mal organizados que estaban para atender a la gente. Por tanto, cero patatero a la organización.

Entramos a las 8 menos algo, cuando abrieron las puertas, y menos de una hora después empezó el primer telonero (Neith). La sorpresa fue que, en las pruebas de sonido, el percusionista tenía una tabla :-) En cuanto al concierto en sí, bien podrían haberse llamado «Los Björkitos», porque la influencia de la música de la islandesa se notaba mucho. Algunas cosas interesantes, algunas payasadas fuera de lugar (las tipas con las máscaras estrambóticas y su «espectáculo conceptual», el rapero lleno de tatuajes que apareció en una canción) y una calidad de sonido más bien mala... en resumen, creo que bien, porque al menos no hacían la «típica música».

Un rato después empezaron los segundos, «The Merrys», un grupo con un estilo entre «Offspring» y «The Ramones». Bastante divertido y muy animado, aunque los animales (pensé que se quedaban fuera del recinto) que estaban «bailando» empujándose tocaron un poco los cataplines.

Los terceros fueron Unfinished Sympathy, que fue probablemente el mejor telonero: una calidad musical bastante buena, la calidad del sonido también mejoró bastante, los músicos parecían buenos, y las canciones en general me gustaron.

Después, y haciendo bastante de rogar, llegaron por fin los hermanos químicos. Empezaron calentando el ambiente con «Hey Boy, Hey Girl», que estuvo muy bien, pero los gañanes de los asistentes empezaron a empujar hacia adelante, y podríamos haber muerto aplastados: pequeños detalles. Nada que ver con las actuaciones que uno puede ver en los DVDs, donde la gente se está quietita en su sitio, e incluso tienen un poco de espacio para bailar, o lo que sea.

Por eso de la supervivencia de la especie, decidimos salir de allí (estábamos prácticamente en la valla) y ponernos atrás del todo, donde había espacio de sobra y se estaba más tranquilo, aunque ya no se veía a los músicos de cerca (mala costumbre que tiene uno).

El concierto en general estuvo bastante bien, el juego de luces guay, las imágenes de la pantalla muy acertadas, etc. Creo que quedó claro en el concierto que The Chemical Brothers no es un grupo de «chunda-chunda», sino que buscan transmitir cosas y que sus canciones tienen significado, y que tienen un cierto gusto audiovisual. Como ejemplo completamente anecdótico y arbitrario, en un cambio de canción, empezaron a aparecer imágenes de plantas (en el sentido de planta/alzado/perfil) de planos de iglesias. Yo me empecé a preguntar a qué narices venía un plano de una Iglesia. Entonces, empezaron a aparecer pares de plantas de iglesias. Un rato después, me di cuenta de que la canción que estaban empezando a tocar era «Believe», y que empieza con las frases: «I needed to believe in something, I need you to believe in something». Aislado no quiere decir nada, claro, pero en general se notaba que las imágenes del concierto estaban elegidas con bastante buen gusto y tino, y que las canciones tienen una cierta estructura musical, no como la música que hacen otros DJs (los que tocaron después, p.ej.).

Como decía, después tocó más gente: en concreto, David Herrera y Sven Väth (primero uno y luego el otro, no como grupo), más bien mediocres para mi gusto, por lo ya mencionado: sonaban más a un DJ poniendo un ritmo de fondo, y encima las cosas que se le iban ocurriendo, que a «canciones» estructuradas.

Después del concierto (en realidad nos fuimos antes), a eso de las 4 de la mañana, salimos del recinto, sin haber dormido desde las 7, hechos polvo. Hicimos tiempo como pudimos, y aguantamos hasta las 6 (casi 24 horas sin dormir ya), cuando nos fuimos a desayunar a una churrería (donde no nos sentaron muy bien los churros, por cierto), y luego nos fuimos a coger el barco de vuelta. Llegamos a eso de las 10 de la mañana, después de 27 horas sin dormir. Jarl. Un queme, pero creo que valió la pena.

Comentarios

Entradas populares